Como probablemente sabrás, al final no pude asistir, como tenía previsto, a los actos de Barcelona del pasado 12 de octubre.
Estar allí habría sido ese volver a empezar tan soñado y esperado por mi parte pero, una vez más, no pudo ser. El hombre propone y… Dios dispone.
Los médicos, que en principio habían sido optimistas y me habían dado permiso para viajar, cuando llegó el momento de hacerlo, me lo desaconsejaron totalmente.
Y otra vez un túnel… de medicinas, tratamientos y descanso forzoso. Y… ¿hasta cuándo?
Hoy, mediados de diciembre, me animo a escribir esto para «dar señales de vida» explicando, de paso, por qué tampoco fue en octubre.
Bueno, para eso y para decirte, ya lo he hecho antes pero ahora para mí tiene un significado especial, que, pese a todo, sigo verdadera y firmemente comprometido en esta tarea que me he impuesto y… daré hasta mi vida por la devolución de todos los documentos al Archivo de Salamanca.
Para no equivocarme… No quiero ponerle fecha esta vez a mi vuelta a la actividad normal en la defensa del Archivo, algo que, además, como es lógico será gradual, poco a poco… pero sí te aseguro que tengo unas ganas enormes de hacerlo.
Ganas… y planes y proyectos que irán saliendo, con toda determinación, pero a los que hoy por hoy no les pongo fecha.
Oye, que si Dios quiere, será pronto. O eso espero 😉
Nos vemos, en la defensa del Archivo de Salamanca, donde toque en cada caso.
Un fuerte abrazo de tu amigo, Policarpo.